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La economia en el 1er. año de gobierno del Presidente Lasso: Balance y perspectivas

viernes, 3 de junio de 2022
8 min de lectura

Comenzar por lo positivo es un homenaje de optimismo hacia el País, en medio de todas las tragedias que las familias pasaron por el Covid19 agravadas por si fuera poco por las nubes del desempleo, los altos precios y la corrupción de su élite política. 

En lo positivo de hecho se debe mencionar la campaña de vacunación emprendida por el gobierno, de no haberla implementado, le hubiese costado al país no menos del 4% del PIB, justamente lo que se le advertía al gobierno de Moreno quién por negligencia, incompetencia o asesoría interesada nunca lo puso en su lista de prioridades y el país perdió el 7% del PIB. El motor de la economía es el ser humano y si este recurso esta inmovilizado o muerto no hay posibilidad de recuperación. Así de trascendental es el logro, en pocos meses se logró vacunar al 86% con 1ra. dosis, 80% 2da dosis, 40% 3era dosis y se ha iniciado la 4ta fase. 

La estrategia funcionó y los niveles de contagio, que corresponden a la tendencia mundial, se redujeron de 1.300 por día a 40 por día, de 850 a 20 en Quito, de 670 a 10 en Guayaquil. Los decesos que en el pico de la pandemia provocaron más de 30 mil muertos en la ciudad de Guayaquil (mortandad en su tiempo inútilmente ocultada por las autoridades de turno), se redujeron de 150 diarios a 1 e incluso 0 en varios días. Aplausos. Incluso los insumos indispensables para combatir la pandemia han visto reducidos sus precios (pruebas, mascarillas, alcohol) mismos que al furor del contagio se colocaron en niveles inaccesibles e inopinadamente salieron de la provisión Estatal como debió ser en defensa de la vida. 

Del terrible año 2021, que es cuando se sintió el coletazo económico de la pandemia, salimos con una pérdida de al menos USD 7 mil millones, la producción semiparalizada y con solo las exportaciones con poca afectación y en ello el esfuerzo privado y el empuje estatal para facilitarles trasporte y conexión. A este panorama se suma que para esas fechas se debían cancelar cerca de USD 3.000 millones por amortización e intereses de deuda en poder de los tenedores de bonos. La respuesta fue la renegociación de los bonos, auspiciados por el FMI, que ademas prometía dotar de recursos frescos para que el país pudiera enfrentar la crisis sanitaria, pagar sus acreencias y estabilizar su balanza de pagos. En esto una de cal y otra de arena. Si bien se logró renegociar la deuda con reducción en intereses y sobre todo alargando los plazos, por otro lado, no se consiguió condonar la deuda como sucedió con otros países en similares condiciones. Sobre todo el país salió con un grillete en el tobillo llamado Acuerdo de Facilitación Económica (SAF), que entre otras cosas le obligaba a reducir el gasto social y productivo, incrementar precio de combustibles e incrementar la base de impuestos (Ley de Oportunidades). Todo lo contrario a lo que la exegesis económica recomienda para combatir la recesión.

Y claro, cumplimos ordenadamente el plan que firmamos y mantuvimos 2 revisiones en diciembre 2020 y septiembre 2021, faltando el deber de terminar privatizaciones. Entre estas, destaca el polémico caso del Banco del Pacifico, mismo que no ha servido para su objetivo privado (crecer) ni su objetivo público (redireccionar crédito y bajar tasa de interés); siendo así,  la única justificación del Estado para mantenerlo es que sea el instrumento para generar política crediticia y control del interés, lo que siempre fue posible, más si se unía al BIESS con lo que conformaban un capital social y crediticio que abarcaba al menos un 40% del mercado, pero no lo hicieron y que conste que la administración del Banco ha sido privado si se toma en cuenta la ascendencia de sus presidentes y gerentes. No hay que perder de vista que su venta es un ingreso puntual y fatal si se destina al gasto burocrático, pero como debemos vender al precio más alto y es fácil identificarlo. El otro tema es que la venta no sea impulso a incrementar el oligopolio de grupos bancarios, que ahora mismo en uno de ellos tiene el 45% del mercado de consumo, 60% de rentabilidad. Competencia en condiciones similares. El otro deber fue liberar las bandas de precios de los combustibles que no fue posible llevar a cabo por el estallido social de octubre de 2019 y la tensión posterior que devino en el congelamiento de combustibles de octubre 2021.

En cifras, este primer año, el gobierno termina con el siguiente balance: 

INDICADOR SOCIAL

AÑO PREVIO

AÑO GOB LASSO

RESULTADO

APUNTE

Desempleo

4,9%

4,7%

Negativo

 

Subempleo

22,7%

23,9%

Negativo

Causa del despido

Empleo adecuado

33,5%

32,5%

Negativo

Reduce aportación al IESS

Pobreza 

14,7

10,5

Positivo

Apoyo programas Covid19 y FMI

Pobreza extrema

32,2

27,7

Positivo

Apoyo programas Covid19 y FMI

Gini

0,498

0,474

Negativo

 

Canasta familiar

$ 710,95

$ 728,68

Negativo

Incremento salarial de $ 25 

Restricción consumo

-5,03%

-8,87%

Negativo

Precios más altos no compensa el incremento salarial

Inversión productiva

$1,603 MM

$1,136 MM

Negativo

Reducción de la inversión comparando período /enero - abril

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INDICADOR  

ECONÓMICO

AÑO PREVIO

AÑO GOB LASSO

RESULTADO

APUNTE

PIB

$ 98,888 MM

$ 101,660 MM

Positivo

Corte a diciembre 2021, no sumado IT 2022.

PIB per cápita

$ 57,90

$ 59,93

Positivo

 

PIB crecimiento

-8,6%

2,8%

Medio

Para cerrar 2022 se prevé 2,8% lo que nos ubica en puesto 8 entre 10 países de Sudamérica.

Déficit Fiscal

-6,10%

- 3,5%

Positivo

Por restricción del gasto e incremento de ingresos

Balanza comercial

$ 3,239 MM

$ 2,870 MM

Medio

Por incremento de las importaciones no petroleras

Inflación

-0,93%

1,93%

Medio

 

Reservas internacionales

$ 7,898 MM

$ 9,125 MM

Medio

Con parte de los fondos entregados por el FMI

Deuda externa

$ 57,577

$ 57,700

Medio

Sigue por encima del 40% PIB

Remesas

$ 3,337 MM

$ 4,362 MM

Positivo

Sigue la migración a EEUU siendo las más importante (68%)

Inversión extranjera

$ 1,104 MM

$ 621 MM

Negativo

 

Precios barril petróleo

$ 71,89

$ 111,66

Positivo

Hay que reducir el castigo

Producción

213,9 MB

205,4 MB

Negativo

No se cumplió la meta

Ingresos

$ 5,992 MM

$ 11,972 MM

Positivo

Impulsado por alto precio del barril

Ingreso extraordinario

 

$ 2,785 MM

Positivo

Desde la base de $56 presupuesto

Saldos de caja

441 M

1,183 M

Positivo

No hay angustia para cubrir pagos

Captaciones

48,967 MM

55,762 MM

Positivo

Recuperación económica sobre todo sector cooperativo

Crédito

46,713 MM

54,087 MM

Medio

Pero no fue la banca pública ni enfocado a producción 

Tributarios

4,897 MM

5,649 MM

Positivo

De impuestos, pero aún no el total de Ley de Oportunidades

Fuentes: INEC, BCE, Min Finanzas, FMI, Cepal                     Creación: Autor

¿Cómo reimpulsarnos?, pese a las críticas conceptuales que pueden darse, la inversión pública siempre será el motor contra cíclico de una recesión aguda. El gobierno ya ha anunciado que invertirá 3 mil millones en obra pública y es lo correcto más allá de los orígenes de los fondos que deben salir del presupuesto del Estado, la iniciativa privada en modalidad APP (Alianza Público Privada) y obviamente de los recursos adicionales que estamos recibiendo por el incremento de los precios del petróleo, que serían más si no se hubiera caído en el facilismo de la preventa a precios de línea baja, incluso poniendo producción a futuro en garantía para recibir obras caras, con intereses y de mala calidad.

Otro tema para revisar es la base impositiva (Ley de Oportunidades) que le pega directamente a la clase media, quién junto con el agro y la exportación son los motores de la economía y el consumo. El objetivo es reactivar la economía con la base del consumo y al final esto se convierta en un círculo virtuoso que regresa con una mayor base de recaudación para el Estado.

Y el viejo debate de qué tan inflacionario es el incremento del precio de los combustibles; primero hay que revisar la conformación de la canasta de bienes con la que se calcula, pero es suficiente salir al mercado, al supermercado, al gran mercado de bienes y servicios para evidenciarel incremento de los precios, pero estos no se reflejan en el indicador. El gobierno debe revisar el incremento de combustibles sin perder su objetivo de limitar el subsidio, pero sin llegar a cobrarle utilidad a sus propios dueños, incluso si se trata un condicionante del FMI (¡cuando no!) para continuar el acuerdo.

El acuerdo con el FMI es un capítulo aparte y supremamente importante pues es el que marca la agenda económica del gobierno, este acuerdo es el causante del incremento de precios de los combustibles, incremento de la carga tributaria, pérdida de empleo en el sector formal y la restricción del gasto corriente y de inversión. Sin embargo, del otro lado refleja los logros del gobierno de mantener controlada la inflación, reducir el déficit fiscal, reducir la carga de intereses de la deuda a la par de cumplir con los acreedores para no ver cerrados sus mercados de crédito. Es otro capítulo que se debe analizar con la frialdad de las cifras y sobre todo proyección de desarrollo para evaluar si valió la pena el esfuerzo de todos los ecuatorianos.  

Impulsar el agro con ideas asociativas (los clústeres productivos) en un sector en donde el principal problema es la intermediación presente en todas las fases de la cadena productiva y que si fueran autosuficientes devendría en mejores rendimientos propios y precios más bajos para el consumidor.

La inflación conceptual es un elemento que ha estado pendiendo de la realidad económica del Ecuador desde hace algunos años. De la época correísta salimos con deflación, es decir inflación negativa, pero no por mayor oferta u optimización de la producción sino por el incremento general de bienes de producción y consumo en su mayor parte importados que fueron afectados por aranceles, impuestos y salvaguardas, dejando precios tan altos que el consumidor dejó de demandarlos. Precios estancados en su línea alta. En el gobierno de Moreno se mantuvo esta tendencia y se agravó con la pandemia, pues la demanda de bienes y servicios se paralizó, salvo los de provisión indispensable que tuvieron ganancias más allá de lo esperado (importación de insumos para Covid-19, los servicios de internet con clientes cautivos en sus hogares, servicios médicos, los supermercados, bancos). Para los últimos meses se tiene un incremento de la inflación, básicamente por la reactivación de la economía postcovid y la aplicación del acuerdo con el FMI. Hay que tener muy en cuenta que una inflación del 2% es EN DOLARES y no es comparable a una inflación en moneda nacional que pueden tener otros países. 

El gobierno de banqueros y empresarios le apuestan, cuál es su naturaleza, a la menor intervención del Estado (error) y la estabilidad de las finanzas (por evaluar) y así se presenta a su segundo año, con una severa afectación a su imagen por el incremento de impuestos, los condicionamientos políticos, la tormenta delincuencial, la imagen pro-defensa de los tenedores de la deuda y la figura de tacaño y negligente por no invertir los ingresos petroleros extraordinarios, el incremento de ingresos tributarios e incluso los fondos que entrega el FMI para desarrollo y que más bien lo ha destinado a engrosar la RILD y por otro lado, con su convicción de que la casa esta en orden y que desde este punto viene la reactivación. 

Habrá que esperar, monitorear, evaluar, alertar, denunciar el avance de la reactivación 2022, en ello se va el futuro de todos, pero más tiempo político ya no tiene el Gobierno de 1 año de Guillermo Lasso ni posibilidad el País para embarcarse en cantos de sirenas roncas, ausentes y ya sufridas.

Edison Estévez C.
Sobre el autor
Economista e Ingeniero Comercial por la Universidad de Cuenca. Máster en Gestión Empresarial por la UIDE. Especialista en Business Process Management por la Universidad de Houston. Experto en Gestión por Procesos, ITIL y Sistemas Estratégicos.