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Lasso, un primer año de incertidumbre

jueves, 3 de junio de 2021
5 min de lectura

En estos días de análisis a propósito del primer año de Guillermo Lasso en el poder, mi reflexión reiterativa tiene un punto de partida: ¿cómo se entiende que un personaje que durante una década buscó el poder, que participó en tres elecciones presidenciales consecutivas, que invirtió todos los recursos que tuvo a su alcance, que se presentó como la alternativa más sólida para lo que en su campaña de 2021 llamó “capacidad para cambiar”, no haya tenido un plan de gobierno? ¿Cómo? ¡Que alguien me lo explique!

Esto, porque la llegada de Lasso al poder marcaba el fin de 14 años de gobierno de una sola corriente política (Alianza PAIS), aunque, claro está, hay que recordar que, tras asumir el poder en 2017, Lenín Moreno rompió con el expresidente Rafael Correa y la denominada Revolución Ciudadana, en uno de los casos más clamorosos de traición política que se recuerde en estos 42 años de vida democrática.

Vamos a los hechos, con base en una breve revisión periodística: Guillermo Lasso asumió la presidencia en medio de la expectativa sobre la aplicación de un nuevo plan económico y el ofrecimiento de aplicar reformas urgentes para fomentar el empleo y reactivar la producción. ¡Sí, desde el primer día!

Su famoso tuit del 5 de julio de 2020, aunque claramente populista, era una muestra de esa seguridad en sí mismo.

Pero, nada de esto fue parte de sus primeras decisiones que, básicamente, se circunscribieron a la integración de su gabinete de ministros, la asignación de funciones al Vicepresidente Alfredo Borrero, la expedición de un Código de Ética para los funcionarios de la función ejecutiva y el envío a la Asamblea Nacional de un proyecto de reformas a la Ley Orgánica de Comunicación. Increíblemente, Lasso priorizó su relación con los medios por encima de las necesidades más apremiantes del país.

Cumplidos sus primeros 100 días en el poder, Lasso logró el objetivo de vacunar a 9 millones de personas, tras un agresivo plan de inoculación amparado en la masiva llegada de vacunas al Ecuador.  En su primer año de gobierno, 13,9 millones de personas cuentan con el esquema completo de 2 dosis, 291.840 tienen la segunda dosis de refuerzo, 6,1 millones han recibido la primera dosis de refuerzo y 14,5 millones tienen una dosis.

En el ámbito económico, el gobierno asegura haber canalizado la firma de 220 contratos de inversión por cerca de USD 5.000 millones, y ratificó el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que le permitirá al país recibir USD. 1700 millones en desembolsos en junio próximo. Adicionalmente, el régimen aseguró haber saneado las cuentas fiscales al reducir el déficit, y aumentar la proyección de crecimiento.

Por el contrario, la inestabilidad política ha marcado la relación del gobierno con diversos sectores.  El presidente rompió relaciones con su antiguo aliado y líder el Partido Social Cristiano (PSC), Jaime Nebot; radicalizó sus diferencias con el expresidente Rafael Correa y la denominada Revolución Ciudadana; se distanció del excandidato presidencial de Izquierda Democrática Xavier Hervas, a quien acusó de pretender evadir impuestos; rompió el diálogo con la CONAIE, a cuyo líder, Leonidas Iza, acusó de terrorista; y hasta confrontó públicamente con el banquero Fidel Egas, de quién, dijo, prefiere sacar su dinero y pagar impuestos fuera del país en lugar de contribuir a la economía nacional.

Pero, acaso, el elemento más complejo ha sido el casi permanente discurso de Lasso sobre la posibilidad de disolver la Asamblea Nacional mediante la aplicación de la figura constitucional conocida como “muerte cruzada”, y anunció que iba a gobernar sin la legislatura, tras la negativa y archivo del proyecto de Ley de Inversiones.

Lo cierto es que en el discurso presidencial se mantuvo la tesis del bloqueo de la Asamblea, pero en los hechos, de las 6 propuestas que Lasso remitió al parlamento en su primer año de mandato, solo una fue negada y archivada:

  • Proyecto de Libre Expresión y Comunicación (listo para segundo debate)
  • Reformas a la Ley Orgánica de Educación Superior (en trámite para segundo debate)
  • Proyecto de Ley Creando Oportunidades (no calificado por el CAL)
  • Reforma tributaria (en vigencia por el Ministerio de la Ley)
  • Proyecto de Ley de Inversiones (negado y archivado)
  • Proyecto de Ley de Uso para el uso de la Fuerza (listo para segundo debate)

De otro lado, y en una medida inesperada pero entendible desde la intención de mantener la paz social con los sindicatos, antes de que finalice el 2021 el gobierno aumentó en USD 25 el salario básico unificado, pero hasta el momento no ha definido la anunciada reforma laboral que debe enviar a la Asamblea. Pese a ello, Lasso aseguró que en lo que va de su gobierno se han generado 350.000 nuevos empleos adecuados. El problema es saber dónde están esas plazas.  

En medio de todo esto, la inseguridad y la ausencia de medicamentos en los hospitales públicos se han convertido en los principales de problemas del régimen.  Durante el primer año de gobierno, han ocurrido 5 masacres carcelarias, mientras las muertes violentas, principal indicador de violencia e inseguridad, se han disparado.  Solo en los primeros 4 meses del 2022, la cantidad de crímenes de este tipo ya equivale al 90% y al 49% de las estadísticas de 2021.

La falta de medicamentos en los hospitales públicos, ausencia de insumos, y despidos de médicos y profesionales han sido las principales dificultades de millones de pacientes en todo el país.

Estos factores han provocado un sostenido declive en las cifras del presidente: el trabajo de campo de las empresas encuestadoras Perfiles de Opinión, Estrategia, Click y CIESS le dan entre 28% y 30% de calificación positiva, y aunque CEDATOS es más generoso y le otorga el 38%, estos porcentajes son incluso menores al 47% que tuvo Lenín Moreno al cumplir su primer año.

¿Qué se viene para el segundo año? Guillermo Lasso reconoció que sus primeros 12 meses fueron “de aprendizaje” (inentendible e inaceptable, por las consideraciones anotadas al inicio de este artículo) y que “lo peor de la tormenta ha pasado”.

No obstante, el futuro inmediato es una verdadera incógnita, pues, al mismo tiempo, un colectivo busca iniciar un proceso de revocatoria de mandato en su contra, algo inédito en la historia del país pero que, por su naturaleza, es nada sencillo. Y las elecciones seccionales de 2023 están a la vuelta de la esquina y podrían convertirse en un plebiscito que marque el futuro del hoy inquilino de Carondelet.

¡Veamos!

Fabricio Vela
Sobre el autor
Licenciado en Comunicación Social de la Universidad Nacional de Loja. Cuenta con un diplomado en Comunicación Política y Campañas Electorales de la Universidad Internacional del Ecuador. Es cofundador del portal digital Primera Plana.